Tercera noche chamamecera: después de dos años, el Bocha le devolvió la intensidad al Cocomarola.

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La del domingo fue una jornada cargada de artistas sumamente virtuosos y prestigiosos. Este fue el caso, por ejemplo, de Raúl Barboza, Lucio Yanel y el Bocha Sheridan. La Kamerata Zuid (de Holanda) y el Ballet Oficial de la Fiesta Nacional del Chamamé fueron disfrutados por pocas personas, el primero porque se presentó muy temprano y el otro, muy tarde.

Prestigio, virtuosismo y entrega son buenas palabras para describir lo que ofreció la tercera noche de la Fiesta Nacional del Chamamé. La velada, que tuvo entre sus figuras principales a Raúl Barboza y Santiago “Bocha” Sheridan, fue la más convocante desde el inicio de esta celebración llevada adelante entre barbijos, alcohol en gel y estrictos controles. Al ser el chamamé Patrimonio Inmaterial de la Humanidad, desde la organización se buscó este año llevar al escenario espectáculos internacionales y una muestra de ello fue el domingo la presentación de la Kamerata Zuid de Tilburg, una orquesta holandesa que contó con la participación de Nino Zannoni y Milagros Caliva. Fue un show imponente, pero que pudo ser disfrutado por pocos, pues subió al Osvaldo Sosa Cordero cuando el Anfiteatro apenas se estaba poblando. Lo mismo pasó con el Ballet Oficial, pero no por presentarse temprano, sino por todo lo contrario, su turno fue muy tarde y la gente ya se estaba yendo.

“El chamamé es cosa seria”, dijo días atrás a este diario una reconocida artista del interior provincial al explicar que durante muchos meses trabajó para que los 15 minutos de su show fueran un bálsamo para el público. Esas palabras, “el chamamé es cosa seria”, representan el sentir de muchos de los músicos y bailarines que noche tras noche ofrecen su arte desde el escenario del Cocomarola.

Los dos años de pandemia fueron para estas personas (como para muchas otras), un duro golpe que impactó fuerte en sus economías, pero también en sus estados de ánimo. Algunos usaron este tiempo para componer, otros debieron buscar otra ocupación con el fin de poder llevar alimento a sus hogares, hay quienes se sumieron en una gran depresión, algunos vendieron sus instrumentos y otros optaron por potenciar su presencia en las redes sociales y tratar de lograr algún ingreso por ese medio. Lo cierto es que ninguno salió ileso y el regreso de la Fiesta fue para ellos como un oasis de esperanza en el desierto.

“No es como otros años, pero al menos podemos volver a trabajar y a encontrarnos con nuestra gente”, dijo otro artista a quien, al igual que en el caso anterior, no hace falta nombrar porque su sentir es extensivo a muchos colegas del género, “no es como otros años, pero es trabajo”.

Prestigio y virtuosismo 

El chamamé adquirió renombre internacional a fines del 2020 cuando la Unesco lo declaró Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, pero el género hace tiempo había cruzado el continente y uno de lo artistas que más lo proyectó en esa dirección fue Raúl Barboza, un argentino afincado en Francia y reconocido en todo el planeta por su virtuosismo musical.

Aunque tiene su vida en Europa, el acordeonista vuelve a su país cada enero para recorrer las celebraciones chamameceras más importantes. Así, en lo que va del año ya estuvo en el festival de Puerto Tirol (Chaco) y también en Misiones (Festival del Litoral) entre otros sitios.

Después de la medianoche del domingo, Barboza apareció sobre el escenario Osvaldo Sosa Cordero y el Anfiteatro se calló. Ese, es el respeto que le rinde el pueblo a este artista que prestigia a su género. Quienes saben un poco de música viajan con cada melodía y sus colegas acordeonistas se hipnotizan con cada nota. Barboza, con su calma y respeto es de los pocos que logra el silencio del anfiteatro. “Cuánto es mi placer y el placer de mis compañeros de estar aquí. Durante casi 2 años el mundo frenó, no había nada, pero hoy nos volvimos a encontrar y eso me da una gran alegría. Poder portar mi acordeón para que de él salgan las notas que pronuncia mi alma”, dijo a su público y las notas empezaron a brotar.

Pero Barboza no fue el único virtuoso internacional que estuvo en el Anfiteatro el domingo. En la grilla lo precedió el argentino radicado en Brasil Lucio Yanel. Se trata de uno de los máximos exponentes de la guitarra solista en la música regional de Rio Grande Do Sul y su presencia es muy esperada en cada edición de la Fiesta.

Proyección 

Muchos son los grupos y solistas jóvenes que por su calidad musical se proyectan como futuros grandes del género. El domingo este título fue para “Diapasón Cuarteto de Guitarras”, un conjunto conformado por talentosos guitarristas de toda la región. Su show fue antes de las 12 y pudo ser disfrutado por un Cocomarola bien poblado.

Tajy, el trío de acordeón, guitarra y violín incluyó en su show del domingo un sello que vino a sumar a su ya excelente espectáculo. Su chamamé es refinado y sentido y los integrantes Tato Ramírez, José Víctor Piñeiro y Belén Arriola, artistas de calidad.

“Olé, olé, olé,

Bocha, Bocha”

El pueblo chamamecero estaba tímido desde que comenzó la fiesta el viernes pasado. Los barbijos y la exigencia de distancia claramente impactaron en su humor, pero el domingo a la madrugada algo pasó y el Cocomarola volvió a rugir como en sus mejores tiempos. Lo que pasó fue que subió al escenario Osvaldo Sosa Cordero, Santiago “Bocha” Sheridan y la intensidad chamamecera se sintió en todos los rincones.

El Bocha tiene eso que pocos tienen y que enamora al público. Sus interpretaciones de temas caros al sentimiento regional erizan la piel y hacen que salgan esos sapucay que los artistas tanto desean, y lo desean porque saben que son la más auténtica expresión de aprobación. Pero el domingo el Bocha no se llevó solo los sapucay, sino que también logró convertir un anfiteatro en una cancha con interminables cantos de hinchada: “olé, olé, olé, Bocha, Bocha”. El domingo el artista hizo su magia y la nación chamamecera volvió a gritar de felicidad.

Horarios  

En los festivales, el horario en la grilla es siempre un tema importante para los artistas, dado que de él depende mucho la recepción del público, y la Fiesta del Chamamé no escapa a esto. Si el solista o grupo está programado entre las 22 y las 1.30 tiene garantizada la atención del público, pero antes y después tendrá que hacer un esfuerzo mayor si quiere llamar la atención del auditorio.

En la noche del domingo el horario jugó en contra a varios artistas de renombre. Este fue el caso por ejemplo de la Kamerata Zuid de Holanda que se presentó junto a los artistas Nino Zannoni (voz) y Milagros Caliva (bandoneón). El show incluyó un repertorio litoraleño de autores tradicionales y de composiciones propias y fue un regalo para los sentidos, pero como se presentó antes de las 22, hubo muchas personas que no pudieron disfrutarlo.

Algo parecido sucedió con el Ballet Oficial de la Fiesta que para el domingo preparó la obra “Exaltación Chamamecera”. La presentación fue impecable como siempre, pero solamente la vieron los más trasnochadores, ya que ingresó a escena después de las 2 de la madrugada.

Florencia de Pompert al igual que Alan Guillén son dos artistas jóvenes que saben enamorar al público con espectáculos de alto nivel y mucha conexión. Escuchar a Florencia o a Alan en horario central es garantía de diversión, pero cuando suben al escenario muy tarde se les achica el auditorio o el tiempo de escena. Florencia estuvo antes del Ballet y Alan subió después. Ambos ofrecieron shows potentes, pero con poco público.

El caso de Tono Barberán fue parecido al de sus colegas, ya que su actuación tuvo lugar cerca de las 22 cuando el público todavía se estaba acomodando.

Entre los espectáculos dignos de ser nombrados está también el que dieron los entrerrianos del conjunto de Ricardo Dimotta, que iniciaron este año una gira en homenaje a Albelardo Dimotta, el padre del chamamé entrerriano que estaría cumpliendo 100 años.

Párrafo aparte merece Gente de Ley, que durante la noche del domingo presentó el disco que compuso en pandemia, se titula “Aprendizaje” y es un fuerte llamado a cuidar el planeta.

Al cierre de esta edición se esperaba el inicio de la cuarta luna chamamecera que tenía como figura central al Chango Spasiuk, quien debía presentarse con Elena Rogers, pero finalmente deberá hacerlo solo porque la artista fue aislada tras dar positivo para covid.

Fuente: El Litoral                                                       Autor: portalcorrientes.com.ar

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