La Facultad de Odontología de la Universidad Nacional del Nordeste (Unne) declaró la emergencia edilicia y realizan trabajos de reparación por un hundimiento del piso de todo el edificio. Además, hay daños en mampostería y rajaduras en el sector de clínicas y el Decanato.
Los problemas comenzaron a fines del 2020 y principios del 2021, en un principio se creyó que se trataba de un asentamiento habitual que suele pasar en los edificios, pero luego de realizar obras de mantenimiento de las estructuras notaron que el daño fue progresivo, no solo en profundidad, sino en la totalidad de los sectores. Después de un tiempo, las autoridades se dieron cuenta de que también se encontraban afectados los cimientos, las vigas y las columnas.
Es entonces que buscaron a un profesional para que informe si podría haber un desmoronamiento, que se desestimó rápidamente, aunque salieron a la luz varios inconvenientes.
“El estudio nos arrojó una serie de resultados que nos dieron un problema que era la máxima retracción del suelo por las sequías y las bajas de determinados afluentes. Y eso despegó del contrapiso de los edificios y también descalzó el sistema de vigas y pilares”, indicó Roque Oscar Rosende, recientemente elegido como decano de esa facultad.
“Esto hizo que haya una deformación en algunos sectores de las vigas y el hundimiento en la totalidad de la superficie de 18 centímetros entre la parte inferior del contrapiso y la tierra. En algunos lugares hasta hay hasta 1,50 m y 1,80 m de diferencia que eran donde se localizaban las rajaduras y los mayores defectos de mampostería”, continuó en diálogo con El Litoral.
A raíz de la problemática, la facultad sacó una resolución a través del Consejo Directivo para declarar la emergencia edilicia y poder tener acceso a un financiamiento extrapresupuestario y también por si se da un agravamiento, ya que no podrían continuar con las actividades de formación.
El edificio que tiene 25 años, se realizó sobre un bañado arrocero, lo que podría explicar parte de lo que sucede. “Hay problemas de filtraciones en todo lo que es subsuelo, por ejemplo, el salón auditorio o lo que es la biblioteca. Cuando llueve se inunda y quedan unos 20 centímetros de agua dentro del subsuelo de la biblioteca y de salones que son para 200 personas”, contó el decano.
Rosende comentó que tras conocer los desperfectos, comenzaron a hacer una serie de licitaciones por tramos y por el momento se reparó un sector donde se encuentra la clínica del posgrado. En ese lugar se levantó el piso y se agregaron casi cinco camiones de relleno para una superficie de 320 metros cuadrados y se realizó un nuevo contrapiso. “Estos trabajos se deben hacer en toda la facultad, sumado a los arreglos de rajaduras que hay en algunos sectores. Ahora están siguiendo con otra parte donde tenemos filtraciones sobre los techos y sobre una serie de desagües y cañerías”, dijo.
“No podemos interrumpir las actividades prácticas, por las obras, porque estamos en pleno desarrollo del ciclo lectivo 2022. Tendremos que hacer un esfuerzo extra con el 50% de las estructuras del edificio”, concluyó.
Fuente: El Litoral Autor: portalcorrientes.com.ar