La modernidad se ha acelerado, las tecnologías nos han sacado su distancia y nosotros corremos a campo travieso detrás de ella.
Con las tecnologías llegan nuevos valores y nuevas costumbres que van desde charlas cibernéticas, compras de todo tipo y hasta conocer el amor de tu vida.
Este mundo de tecnologías, apps, webs y redes, por primera vez en la historia tiene a los jóvenes como los poseedores del conocimiento. Acá no hay teorías, pero si hay práctica, curiosidad y romper los miedos (cosa que los adolescentes no tienen).
La mayoría de nosotros seguramente hemos preguntado a alguien más joven por la utilización de una computadora, la instalación del whats app y hasta cómo subir una foto a facebook o Instagram.
Todo este fantástico mundo incrementó nuestra comunicación, hablamos prácticamente con quienes queremos, siempre y cuando los que se comunican tengan un artefacto electrónico e internet. Pero esta misma comunicación, es cada vez menos humana y social, y más individual y efímera.
“No nos encontramos, solo nos conectamos”…
Pero ¿qué quiere decir un “like” … un “me gusta”?
¿Cuántas palabras van incluidas en cada clic que hacemos para dar un me gusta?
Cada vez que alguien conmemora un hecho feliz, en su ventana al mundo publica imágenes donde se llena de me gusta y corazones…
¿pero cUÁntas palabras se perdieron? ¿Cuántos abrazos no van a llegar, por la plastificación de la tecnología?
Por todo esto no creo que perdamos las amistades, las palabras y mucho menos los sentimientos, pero si estamos en una crisis de ausencia de cercanías, de mirarse a los ojos y decirse mucho más de lo que puede decir a través de una pantalla. No olvidemos que el ser humano es un animal social.
Quizás, no podamos cambiar el mundo, pero si podemos cambiar nuestro mundo.
Escrito por: Eduardo Chervo – 2022
¡Buena reflexión Eduardo!