2 de Abril: Día del Veterano y de los Caídos en la guerra de Malvinas

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Malvinas, es para nosotros, uno de los momentos más importantes de nuestra historia y para mí, personalmente Vicente Pérez, siempre estuvo presente, desde muy chica.

Tenía 8 años cuando una mañana desde temprano, comenzamos a ver extraños movimientos en la calle, gente de uniforme del ejército que iba y venía. Ese día supimos que el hijo de nuestro vecino de siempre, había muerto en la guerra de Malvinas.  Alguien comentó tiempo después que ese vecino perdió la cordura cuando perdió a su hijo.

Después el funeral en el salón municipal que contó con la presencia de autoridades y los chicos del colegio no recuerdo nada más que llevara el nombre de Vicente Ramón Pérez…

Durante muchos años pensé que todo aquel funeral de 1982, había sido un simulacro para despedir a un soldado que falleció en Malvinas y me preguntaba ¿por qué nadie lo recordaba o le llevaba flores cada 2 de abril?

En el Municipio no hay ningún registro de Vicente, salvo cuando le ponen su nombre a una de nuestras calles. Extrañamente, en algunas listas aún figuraba como enterrado en el cementerio de Darwin y cuyos restos faltaban identificar.

Resumiendo, un 28 de abril me entero por el profe Waldo que se cumplía un nuevo aniversario de su fallecimiento, lo llamo por teléfono y es ahí cuando me cuenta que sus restos descansan en Mocoretá. Para que se den una idea, es el único soldado correntino que estuvo en Malvinas y que está sepultado en su ciudad, son muy pocos los héroes de Malvinas, cuyos restos volvieron al país. Casi todos quedaron allá, en el cementerio de Darwin.

Su historia es muy breve: Vicente, nació el 23 de enero de 1963 en Mocoretá, provincia de Corrientes, fue hijo de don Clemente Pérez (mi vecino) y de doña Bernardina Acevedo, según figura en su acta de nacimiento. Sus abuelos paternos fueron don Ignacio Pérez y doña Arcenia Ibarrola y por parte de madre doña Porfiria Acevedo.

Cuando tenía 3 años de edad fue llevado por su madre a la localidad correntina de Sauce para vivir con su abuela materna. Vicente tenía sólo 7 años cuando su abuela falleció.

Ocurrido el fallecimiento de su abuela, la familia de Sauce intenta comunicarse con su madre para que vayan a buscarlo, cuentan que nadie apareció y el siguió viviendo en Sauce, adoptado de alguna manera, por la señora María Acevedo (Madre de Águeda Acevedo que nos brinda esta información)

Allá se quedó a vivir con esta familia, que lo crió como un hijo, hasta que fue convocado por el ejército para realizar el Servicio Militar Obligatorio. Tal es así que, al momento de completar la documentación para el ingreso al ejército, puso su seguro de vida a nombre de esta señora (María Acevedo) Cuestión que efectivamente, cuando Vicente muere en Malvinas, María cobra el dinero del seguro.

Vicente vivía en lo que se conocía como 3era sección, Sauce “Paraje Arroyo Orqueta” concurrió a la escuela 406 del mismo paraje cuyo director era el Sr. Diógenes Soto. Pero también durante un tiempo concurrió a otra escuela denominada Rincón de Ánima en una zona rural. Se sabe que tiene varios hermanos, pero sobre el particular hay poca información.

Nuestro Héroe de Malvinas tenía 18 años cuando fue convocado para cumplir con el Servicio Militar Obligatorio, estaba en el Regimiento 12 de Mercedes, Corrientes y tenía 2 meses de instrucción, (quizá un poco menos) cuando fue convocado para la guerra.

Entre la noche del 27 y el día 28 de abril de 1982, fallece Vicente Ramón Pérez. Raúl Melgarejo, su compañero del Regimiento 12 de Mercedes, cuenta que sucedió en los montes Challenger. Tenían la orden del jefe de Instrucción de no salir porque en la zona se escucharon rumores del desembarco de los ingleses.

Lamentablemente, sobrevino la trage­dia. Un cabo que no sabía que ellos habían salido de la carpa, gritó en medio de la noche: ‘¡Alto, ¿Quién viene?!’, pero no escu­chó respuesta por el ruido del viento y la llovizna y disparó una rá­faga de 20 tiros!

Los heridos fueron seis, entre ellos el Sargento Bazán que perdió 3 dedos de la mano y Vicente fue el único de ellos que perdió la vida, Melgarejo contaba que murió prácticamente en sus brazos.

Cuenta que cuan­do llegó al lugar, Vicente le dice: ‘Me duele el pecho’. Le abrió el abrigo y vio que te­nía un tiro en el tórax que lo había atravesado y que el orificio de bala se veía en la espalda, y si bien lo trasladaron rápidamente al hospital de Puerto Argentino, falleció a los pocos minutos de ingresar.

Sus compañeros coinciden en que: “Pasó por negligen­cia, por ineptitud, como todo en esa guerra, todo era una impro­visación.

Cuenta el Padre Vicente Martínez Torrens que fue el capellán que lo vio morir, que su corazón no resistió, él se encargó de darle los últimos sacramentos y colocar su cuerpo en una bolsa mortuoria o algo similar, ya que ni siquiera esos elementos había en la isla en ese momento, para que luego fuera remitido a su familia.

Tras su muerte, el 28 de abril, trasladaron su cuerpo desde las islas Malvinas a Comodoro Rivadavia y de allí a la provincia de Corrientes, y a su Mocoretá natal. Su caso fue único entre sus camara­das correntinos.

En esos días y hasta los primeros días de mayo todavía se realizaban vuelos entre las islas y el continente, por lo que el cuerpo del soldado junto a otros heridos fue enviado a Comodoro Rivadavia para los trámites de rigor, de hecho, por una cuestión administrativa, el acta de defunción está asentada en Comodoro Rivadavia.

La noticia causó sorpresa en sus camaradas, nadie de ellos sabía que él estaba acá, en una humilde tumba, en su pueblo.

El Héroe de Malvinas Vicente Ramón Pérez fue olvidado por muchos años, pero afortunadamente hoy ya no.

En los colegios de nuestro pueblo, los alumnos casi no lo conocen, casi no saben quién es.
La historia es contar, narrar los acontecimientos, ponerle nombre propio a  los verdaderos protagonistas. Cuando contamos y compartimos, estamos colaborando con el tremendo proceso de construcción de la memoria, el honor de un pueblo, de nuestro país y nuestra tarea es transmitirlo a las generaciones venideras. “Los únicos héroes que se mueren son los que se olvidan”

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