Con la cruz de Malvinas y para sanar heridas, partieron los excombatientes

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“Buen viaje”; “¿tenés todos tus papeles?”; “cuidáte pá”; “dale, una última foto, acá todos juntos”… Las diversas expresiones resonaron fuerte en el hall del aeropuerto Fernando Piragine Niveyro y la delegación de excombatientes correntinos no pasó desapercibida este viernes por la mañana al emprender el viaje a Malvinas, 41 años después de la guerra.

No era para menos. Porque se trata de una experiencia única para los malvineros que volverán a pisar las islas, brindar un homenaje a sus camaradas caídos en combate, recorrer los puestos en que lucharon y sanar heridas del alma de una historia que aún duele.

Con este objetivo, una veintena de exsoldados -llegados de distintos puntos de la provincia- emprendió ayer el viaje. Este el es tercero que se realiza con esta modalidad costeada por el Gobierno provincial como una acción enmarcada en una política de Estado: las anteriores fueron en 2018 y 2019, que también contemplaron 20 malvineros correntinos.

En este caso, el viaje se había postergado en 2020 y 2021 por la pandemia y el año pasado por algunas cuestiones diplomáticas. Por eso también es tan especial esta tercera incursión de nuevos excombatientes de Corrientes, después de tanta espera.

Así fue todo el clima que rodeó al inicio de la travesía. En principio, los viajantes se fueron nucleando desde horas tempranas del Viernes Santo en la plaza 25 de Mayo. Incluso antes de que saliera el sol llegaron progresivamente los distintos grupos de excombatientes y familiares hasta que a las 7:30 emprendieron el trayecto desde el puerto capitalino hasta el aeropuerto en un micro especial.

La emoción y la gran expectativa podía sentirse flotar en esa atmósfera particular que se generó dentro del colectivo. El mate compartido, entre butaca y butaca, fue tal vez el símbolo de amistad que más representó ese momento íntimo, de hermandad. Una que otra broma amenizaron el camino hasta el arribo al “Piragine Niveyro”.

En el aeropuerto

Con valija en mano y una mochila al hombro, los malvineros bajaron del micro y lentamente fueron en fila india hasta el edificio principal del aeropuerto. “Cada uno tiene sus papeles, ¿no?”, se aseguró en el hall Angel Esteban “Coqui” Flores, el excombatiente que -como en los dos viajes anteriores- cumplirá el rol de coordinador del grupo, elegido por sus propios pares.

Todos atentos, activaron los trámites mezclados con pasajeros comunes que también viajaban a la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Es que el cierre momentáneo del aeropuerto de la vecina ciudad de Resistencia, Chaco, hace que todos los días haya un importante movimiento en la pista correntina.

Con boleto en mano, los malvineros completaron el circuito de pesaje de equipaje-check in-despacho de valijas, solo interrumpido por la infaltable selfie familiar o la foto grupal de anchas sonrisas y banderas desplegadas.

Desde su arribo a la plaza 25 de Mayo desde la localidad de Itatí, el excombatiente Pedro Molina nunca se despegó de una imagen de la Virgen que lleva a Malvinas para rezarle en el cementerio de Darwin y volver a traerla para dejarla en la Basílica. Incluso en el preembarque la tuvo entre sus manos a la espera de abordar la aeronave con la Virgen de Itatí.

Cerca de él también estaban haciendo los trámites y posando para las fotos Eladio Galarza, de Capital, junto con Miguel García, el esquinense Angel Sosa, Eusebio Valenzuela (de Mantilla), además de Pantaleón López y el bellavistense Héctor Canteros, entre otros.

Completaron la comitiva: Juan Canteros (Goya), José López (Chavarría), José Rito López (Empedrado), Froilán Morales (San Miguel), José Niveiro (Monte Caseros), Toribio Pared (San Roque), Pedro Pérez (San Luis del Palmar), Jorge Rodríguez (Curuzú Cuatiá), Alcides Ramírez (Paso de la Patria), Laureano Romero (San Luis del Palmar) y Carlos Arce (Mocoretá).

Junto con los excombatientes viajaron dos periodistas: Daniel Toledo y Armando Cattáneo.

La imagen de la despedida

Las esposas, hijos, incluso nietos, de algunos de ellos también los acompañaron en la espera para abordar el avión. Abrazos de despedidas abundaron camino a la zona de embarque. Pero antes un último pedido del coordinador Flores a sus pares y familiares: “Vamos afuera a sacarnos una foto de despedida, todos juntos”, convocó “Coqui” y minutos después la imagen quedó plasmada por un enjambre de celulares, constituyéndose en el momento más emotivo de la mañana.

En la despedida, la delegación de excombatientes también fue acompañada por el ministro de Seguridad de la Provincia, Buenavendura Duarte, y el titular de la Dirección Provincial “Malvinas Argentinas” (que depende de dicha cartera gubernamental), el dirigente malvinero y excombatiente José Galván.

Además, en el aeropuerto estuvo Marcela Seoane, propietaria de la agencia de turismo “Pentágono”, que se encargó de este viaje de los malvineros. “Desde hace cinco años que trabajamos con visitas de veteranos de guerra de Malvinas a las islas. Y en esta oportunidad va mi hijo como guía”, dijo Marcela a época a pocos minutos de partir el avión a CABA.

Precisamente, el vuelo a Buenos Aires era la primera parada del largo trayecto. Posteriormente, en Aeroparque abordaron otro avión con rumbo a la ciudad de Río Gallegos, capital de la provincia de Santa Cruz. Allí aterrizaron en horas de la tarde y luego hicieron noche. Así, esta mañana emprenderán el último tramo del viaje y cruzarán a Malvinas, donde permanecerán una semana.

El regreso será con similar itinerario y escalas. Pero, seguramente, ya con el alma más aliviada y las heridas -esas que más duelen- en proceso acelerado de cicatrización. Para eso van al Sur de nuevo, con su cruz de Malvinas y las ganas de sanar el alma… Y justo salieron un Viernes Santo y pasarán en las islas la Pascua de Resurrección.

Fuente: El Litoral

Autor: Portal Corrientes

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